(Reportaje de Américo Fernández publicado el 3 de diciembre de 1984 en
el diario El Expreso)
Obras de Pérez y Latorraca
un desafío a la capacidad perceptual
·
Los dos
artistas de la plástica exponen sesenta obras
bidimensionales y espaciales en
la sala de are de Sidor.
·
Latorraca
piensa en la cuarta dimensión utilizando el rayo laser y José Rosario Pérez
inventa una cámara para sondear los
misterios del color blanco.
Hacia los años sesenta el arte de la abstracción perceptual hizo su
aparición manifiestan, Joaquín Latorraca
y José Rosario Pérez, el primero hijo de un periodista y de un sastre el segundo. Ambos, andaban por las aulas liceístas tocados en alguna forma por la efervescencia revolucionaria que
tenía sus núcleos más sensibles en las 'universidades,
en las Casas de Cultura y en las montañas.
Soto, Cruz Diez, Narciso Debourg, Omar Carreño, ya se
entendían en París con el Movimiento óptico y cinético y a Venezuela
llegaban los destellos de Agam, Calder, Duchamp, Vasarely y otros atrapados por
la magia del nuevo arte que rompía bruscamente
contra todo lo que oliese a figurativismo.
José Rosario Pérez y Joaquín Latorraca no dejarán la escuela de la pintura tradicional sino ocho o diez años después cuando la Casa de la Cultura de Mimina Rodríguez Lezama, la Galería Nivel 17.9 de Lobelia Guzmán y el Grupo
Araña de José Quiaragua Pinto, Enrique Aristeguieta, José Laurencio Silva y Oswaldo Páez servían de fermento a las inquietudes juveniles, también motivadas por las
visitas frecuentes de Soto y de los artistas
que junto con el pintor guayanés
estaban detrás de la idea de un
museo de arte para Ciudad Bolívar.
Latorraca debutó en el arte moderno con sus
formas arrojadas al espacio, mientras José Rosario Pérez vio en la abstracción geométrica una
posibilidad de recreación creativa mayor que la del carboncillo traduciendo la expresión facial de la gente.
A partir de allí no ha habido pausa en el camino trazado. Latorraca ha quemado cuatro etapas sin caer en retrocesos ni desviaciones y lo mismo se
puede afirmar de Pérez, con quien ahora confronta
su obra en la Sala de Arte Sidor, la misma que no hace mucho exhibió
esculturas del inglés Henry Moore y
serigrafías del alemán Josef Albers, con su
homenaje al cuadrado que resalta el hecho
de la dinámica óptica variando la relación tanto métrica como cromática.
EL CUADRADO DE JOSE ROSARIO PEREZ
El cuadrado de José Rosario Pérez
que se repite en serie nada tiene
que ver con el cuadrado cromático de Albers. En todo caso, con Malevich que tiene una obra llamada
"Cuadrado Blanco sobre Cuadrado
Blanco". De aquí dirá él que
parte su obra. El cuadrado de Pérez es
sólido, puramente blanco y en
miniatura, que se repite en series y en forma estructural sobre un
plano dando la sensación de tranquilidad e interferencia
a la vez. Cuando el espectador se
adentra a la profundidad de la obra llega
a detectar el fenómeno de reflexión
y absorción de la luz. La luz es
blanca y Newton demostró que el
color es el resultado de la descomposición de la luz blanca. Por ser
totalmente blanca en la obra de JRP, la luz no es absorbida, pero el artista se la ingenia para aprehenderla en
los hundimientos provocados por la separación cuadricular de los sólidos. La longitud de onda de la luz
proyectada sobre la obra provoca movimiento y tonalidades
que van desde el gris perla hasta el azul.
Se requiere, indudablemente, un buen sentido de la percepción
para registrar este fenómeno sutil que el artista traslada a otra dimensión utilizando la secuencia del
cubo sobre el vértice contrapuesto al de
las caras donde se materializa el mismo
juego cuadriculado de los sólidos.
LAS FORMAS VECTORIALES DE LATORRACA
Las "Formas Vectoriales" de Joaquín Latorraca encajan dentro de su misma línea de siempre y
en la Sala de Arte de Sidor que dirige la Nena Acosta están contenidas en 14
estructuras, 15 alguna vez con el auxilio de
la cibernética y utilizando el rayo laser. Ya entonces se hablaría de la cuarta dimensión.
Si la fotografía ha llegado a la tercera dimensión (la holografía) con la utilización del laser, seguro que llegará a la cuarta por
la misma vía es cosa de ver en tiempo cercano.
Joaquín afirma que su obra es un cubo visto de distintas maneras en el espacio y que el problema es de
percepción. Un cubo destrozado lanzado al
espacio sigue siendo el mismo cubo, pero nadie lo reconocería y allí la intríngulis de la cuestión. Se plantea entonces un proceso en el que hay que plantear los problemas de velocidad de
la obra, dirección, profundidad, espacialidad, color, forma, ángulo visual.
RETO A LA CAPACIDAD DE PERCEPCION
José Rosario Pérez, premiado con
la Cruz del Sur del Salón Ernesto
Avellán en 1973. Ha realizado durante su vida de pintor 20 exposiciones individuales. Participado
en 50 colectivas y en la Sala de
Arte de Sidor sus obras se reducen a
13: 10 cubos, dos estructuras de 1,80
por 1,80 y una tercera de 1,20 por
1,20. La obra de Pérez es realmente dominante, hasta el punto de que
llega a aplastar el verde terrible de la alfombra de la sala.
-¿Por qué el
blanco y el cuadrado, dos elemento
simples?
-Porque lo genial reside en lograr lo máximo con lo menos, con lo más simple. .
.-¿De dónde parte tú obra?
-De una posibilidad advertida por en las obras del ruso Malevich nacido en Rusia el siglo diecinueve y del
cual hay una obra original en el Museo
Soto. Pero la obra que me abrió el
camino fue el Cuadrado Blnco sobre el Cuadrado Blanco.
¿Te dejó algo
tu pasantía por el Museo Soro?
-No puedo quejarme, aproveché elñ tiempo a pesar de
mis últimos malos ratos.
-¿Qué explica tu obra?
-Mi obra se explica por si misma, tiene un lenguaje
muy propio al cual se llega con agudeza
perceptual.
-¿Y por ese camino a dónde piensa llegar?
-Estoy apenas comenzando, no tengo prisa, cuando haya avanzado más entreveré mejor lo que
esté por el momento más allá de mi alcance. Tengo mucho por hacer y entre las cosas, está la de
construir una cámara para seguir investigando y profundizando sobre las posibilidades del blanco
-¿Tus obras todas parecen iguales?
-A primera vista mis obras son iguales, pero luego que se
profundizan y observan detenidamente se concluye en que son diferentes. Hay un punto de diferencia de una a otra obra y esto planteado así es como un
desafío a la capacidad de percepción del ser humano. Eso es parte de mi planteamiento.
Aunque parezca lo contrario, cada una de mis obras tiene su propia personalidad, su individualidad.
Tienen una vida propia dentro de un sistema en
la que interactúan. Esto puede observarse en
la serie de los diez cubos donde
cada uno tiene una fragmentación
en tres caras que van evolucionando al
tiempo que dan una sensación de energía.
.-¿Con qué material trabajas?
-Con madera contra-enchapada, tratada, lijada y relijada, cola plástica,
resina y una técnica de estuque de cola con yeso que descubrí sin saber que ya existía y que le da a mis
obras esa textura tan particular que presenta .
MI OBRA SE
CONFRONTA ASI MISMA
Joaquín Latorraca no lleva cuenta de sus
exposiciones, pero asegura que ha participado más en colectivas que en
individuales porque parte de la creencia de que es más importante la confrontación. Le preguntamos entonces si su exposición en
la Sala de Arte de SIDOR es una confrontación con la obra de José Rosario Pérez
y respondió:
-Toda mi obra se confronta así misma y también forzosamente
con la del compañero con el cual expongo.
¿En qué se
identifican ustedes dos?
-Desde el punto de vista artístico
nos identificamos en el sentido de
que creemos en lo que hacemos.
..-¿Existe
relación entre tu obra y la de Pérez?
-Hay una relación espacial que
consiste en sacar plano el objeto, las formas, pero hay fenómenos ópticos, movimientos
retinales que logran de un modo y, yo, otro. Ambos utilizamos la madera, pero la trabajamos y la tratamos
de manera distinta. La textura de mi obra es más delicada mientras que la de Pérez es más piedra.
Yo observo que Pérez trata de lograr muchas cosas utilizando
simplemente un color y una
sola forma geométrica, mientras tú recargas tus cuadros con diversos
colores?
-El color me ofrece muchas posibilidades en lo que investigo y admito que variablemente he trabajado con colores
muy cálidos, muy fríos y muy fuertes, pero ahora estoy de regreso al pastel, color con el
cual empecé. Siempre he tenido tendencia
hacia el pastel. Rreconozco que una de mis
fallas ha estado en la utilización de
colores agresivos, pero los he ido tonificando hasta lograr un clima tranquilizante.
-Observo
igualmente que mientras JRP logra sus
efectos ópticos con la repetición constante del cuadro, tú lo haces con figuras
romboides superpuestas?
- No son romboides sino
cuadro desplazados. Puede ser que estén
en forma romboidal, pero para mí son líneas de corte biselado que dan sensación
de cuadro en desplazamiento, en fin, materia en movimiento flotando en el
espacio.
-¿Cuántas etapas se cumplen ya en tu carrera de
artista?
--Cuatro sin incluir la figurativa. La etapa de las formas arrojadas al espacio
que es el comienzo de lo que hago ahora; la etapa de las esculturas; la de
materia y luz y la de ahora que son las formas vectoriales.
¿Vectoriales, por qué?
-Por la sensación vectorial que despide..
¿Por supuesto que es la etapa más seria?
-Es la más seria de
mi vida, pero no la final. Para mi es el primer paso para algo más
trascendente y a tono con los adelantos técnicos y científicos que implican
pensar en la cibernética y en el Rayo Laser
-José Rosario Pérez dice que su
obra parte de una situación dejada en suspenso por Malevich ¿En tu obra se
plantea alguna situación similar?
-No,
específicamente. Es una consecuencia que
parte de 1969 con las Formas Arrojadas al Espacio.
-¿Oi decir que tu obra contiene elementos de la obra
de Fausticuatritis, la artista italiana, esposa de Getulio Alviani?
-Hay unas cuatro obras de
ella con algunas piezas de las que yo llamo “vectoriales”, pero evidentemente
que el concepto es muy diferente.
¿Hay continuidad en tu obra?
-Siempre la ha habido sin
que quiera decir que no haya habido modificaciones y alguna ruptura. Yo descubrí en esta etapa de mi vida que lo mas importante es el
desplazamiento de las formas en el espacio
en esa línea me he mantenido.
El 2 de diciembre cuando concluya esta exposición en
la Sala de arte Sidor, José Joaquín Latorraca viajará a Margarita para participar
como invitado en la Bienal Nacional de Esculturas “Francisco Narvaez.