miércoles, 2 de julio de 2014

Las obras visuales de Pérez y Latorraca

(Reportaje de Américo Fernández publicado el 3 de diciembre de 1984 en el diario El Expreso)
José Rosario Pérez

Obras de Pérez y Latorraca
un desafío a la capacidad perceptual

·       Los dos artistas de la plástica exponen sesenta obras  bidimensionales y espaciales  en la sala de are de Sidor.
·       Latorraca piensa en la cuarta dimensión utilizando el rayo laser y José Rosario Pérez inventa una cámara  para sondear los misterios del color blanco.

Hacia los años sesenta el arte de la abstracción perceptual hizo su aparición manifiestan, Joaquín Latorra­ca y José Rosario Pérez, el primero hijo de un periodista y de un sastre el segundo. Ambos, andaban por las aulas liceístas tocados en alguna forma por la efervescencia revolu­cionaria que tenía sus nú­cleos más sensibles en las 'universidades, en las Casas de Cultura y en las montañas.
Soto, Cruz Diez, Narciso Debourg, Omar Carreño, ya se entendían en París con el Movimiento óptico y cinético y a Venezuela llegaban los destellos de Agam, Calder, Duchamp, Vasarely y otros atrapados por la magia del nuevo arte que rompía brus­camente contra todo lo que oliese a figurativismo.
José Rosario Pérez y Joa­quín Latorraca no dejarán la escuela de la pintura tradi­cional sino ocho o diez años después cuando la Casa de la Cultura de Mimina Rodrí­guez Lezama, la Galería Nivel 17.9 de Lobelia Guzmán y el Grupo Araña de José Quiaragua Pinto, Enrique Aristeguieta, José Laurencio Silva y Oswaldo Páez ser­vían de fermento a las inquietudes juveniles, también mo­tivadas por las visitas fre­cuentes de Soto y de los artistas que junto con el pintor guayanés estaban de­trás de la idea de un museo de arte para Ciudad Bolívar.
 Latorraca debutó en el arte moderno con sus formas arrojadas al espacio, mientras José Rosario Pérez vio en la abstracción geométrica una posibilidad de recreación creativa mayor que la del carboncillo traduciendo la expresión facial de la gente.
A partir de allí no ha habido pausa en el camino trazado. Latorraca ha quemado cua­tro etapas sin caer en re­trocesos ni desviaciones y lo mismo se puede afirmar de Pérez, con quien ahora confronta su obra en la Sala de Arte Sidor, la misma que no hace mucho exhibió escul­turas del inglés Henry Moore y serigrafías del alemán Jo­sef Albers, con su homenaje al cuadrado que resalta el hecho de la dinámica óptica variando la relación tanto métrica como cromática.

EL CUADRADO DE JOSE ROSARIO PEREZ
El cuadrado de José Ro­sario Pérez que se repite en serie nada tiene que ver con el cuadrado cromático de Albers. En todo caso, con Malevich que tiene una obra llamada "Cuadrado Blanco sobre Cuadrado Blanco". De aquí dirá él que parte su obra. El cuadrado de Pérez es sólido, puramente blanco y en miniatura, que se repite en series y en forma estructu­ral sobre un plano dando la sensación de tranquilidad e interferencia a la vez. Cuan­do el espectador se adentra a la profundidad de la obra llega a detectar el fenómeno de reflexión y absorción de la luz. La luz es blanca y Newton demostró que el color es el resultado de la descom­posición de la luz blanca. Por ser totalmente blanca en la obra de JRP, la luz no es absorbida, pero el artista se la ingenia para aprehen­derla en los hundimientos provocados por la separa­ción cuadricular de los só­lidos. La longitud de onda de la luz proyectada sobre la obra provoca movimiento y tonalidades que van desde el gris perla hasta el azul.
Se requiere, indudable­mente, un buen sentido de la percepción para registrar es­te fenómeno sutil que el artista traslada a otra dimensión utilizando la secuencia del cubo sobre el vértice contrapuesto al de las caras donde se materializa el mis­mo juego cuadriculado de los sólidos.

LAS FORMAS VECTORIALES DE LATORRACA
Las "Formas Vectoriales" de Joaquín Latorraca enca­jan dentro de su misma línea de siempre y en la Sala de Arte de Sidor que dirige la Nena Acosta están conte­nidas en 14 estructuras, 15 alguna vez con el auxilio de la cibernética y utilizando el rayo laser. Ya entonces se hablaría de la cuarta dimensión.
Si la fotografía ha llegado a la tercera dimensión (la holografía) con la utilización del laser, seguro que llegará a la cuarta por la misma vía es cosa de ver en tiempo cer­cano. Joaquín afirma que su obra es un cubo visto de distintas maneras en el espa­cio y que el problema es de percepción. Un cubo destro­zado lanzado al espacio sigue siendo el mismo cubo, pero nadie lo reconocería y allí la intríngulis de la cuestión. Se plantea entonces un proceso en el que hay que  plantear los problemas de velo­cidad de la obra, dirección, profundidad, espacialidad, color, forma, ángulo visual.

RETO A LA CAPACIDAD DE PERCEPCION
José Rosario Pérez, pre­miado con la Cruz del Sur del Salón Ernesto Avellán en 1973.  Ha realizado durante su vida de pintor 20  exposicio­nes individuales.  Participa­do en 50 colectivas y en la Sala de Arte de Sidor sus obras se reducen a 13: 10 cubos, dos estructuras de 1,80 por 1,80 y una tercera de 1,20 por 1,20. La obra de Pérez es real­mente dominante, hasta el punto de que llega a aplas­tar el verde terrible de la alfombra de la sala.
-¿Por qué el blanco y el cuadrado, dos elemento sim­ples?
-Porque lo genial reside en lograr lo máximo con lo menos, con lo más simple. .
.-¿De dónde parte tú obra?
-De una posibilidad adver­tida por en las obras del ruso Malevich  nacido en Rusia el siglo diecinueve y del cual  hay una obra original en el Museo Soto.  Pero la obra que me abrió el camino fue el Cuadrado Blnco sobre el Cuadrado Blanco.
¿Te dejó algo tu pasantía por el Museo Soro?
-No puedo quejarme, aproveché elñ tiempo a pesar de mis últimos malos ratos.
-¿Qué explica tu obra?
-Mi obra se explica por si misma, tiene un lenguaje muy propio al cual se llega con agudeza perceptual.
-¿Y por ese camino a dónde piensa llegar?
-Estoy apenas comenzan­do, no tengo prisa, cuando haya avanzado más entreve­ré mejor lo que esté por el momento más allá de mi alcance. Tengo mucho por hacer y entre las cosas, está la de construir una cámara para seguir investigando y profundizando sobre las posibilidades del blanco
-¿Tus obras todas parecen iguales?
-A primera vista mis obras son iguales, pero luego que se profundizan y observan de­tenidamente se concluye en que son diferentes. Hay un punto de diferencia de una a otra obra y esto planteado así es como un desafío a la capacidad de percepción del ser humano. Eso es parte de mi planteamiento. Aunque parezca lo contrario, cada una de mis obras tiene su propia personalidad, su indi­vidualidad. Tienen una vida propia dentro de un sistema en la que interactúan. Esto puede observarse en la serie de los diez cubos donde cada uno tiene una fragmenta­ción en tres caras que van evolucionando al tiempo que dan una sensación de ener­gía.
.-¿Con qué material traba­jas?
-Con madera contra-encha­pada, tratada, lijada y reli­jada, cola plástica, resina y una técnica de estuque de cola con yeso que descubrí sin saber que ya existía y que le da a mis obras esa tex­tura tan particular que presenta .

MI OBRA SE CONFRONTA ASI MISMA
Joaquín Latorraca no lleva cuenta de sus exposiciones, pero asegura que ha participado más en colectivas que en individuales porque parte de la creencia de que es más importante la confrontación.  Le preguntamos entonces si su exposición en la Sala de Arte de SIDOR es una confrontación con la obra de José Rosario Pérez y respondió:
-Toda mi obra se confronta así misma y también forzosamente con la del compañero con el cual expongo.
¿En qué se identifican ustedes dos?
-Desde el punto de vista  artístico nos identificamos en el sentido de que creemos en lo que hacemos.
..-¿Existe relación entre tu obra y la de Pérez?
-Hay una relación espacial  que consiste en sacar plano el objeto, las formas, pero hay fenómenos ópticos, movimientos retinales que logran de un modo y, yo, otro. Ambos utilizamos la madera, pero la trabajamos y la tratamos de manera distinta. La textura de mi obra es más delicada mientras que la de Pérez es más piedra.
Yo observo que Pérez trata de lograr muchas cosas utilizando simplemente un color y una sola forma geométrica, mientras tú recargas tus cuadros con diversos colores?
-El color me ofrece muchas  posibilidades en lo que investigo y admito que variablemente he trabajado con colores muy cálidos, muy fríos y muy fuertes, pero  ahora estoy de regreso al pastel, color con el cual empecé. Siempre he tenido tendencia hacia el pastel.  Rreconozco que una de mis fallas ha estado en la utilización de colores agresivos, pero los he ido tonificando hasta lograr un clima tranquilizante.
-Observo igualmente que mientras JRP logra sus efectos ópticos con la repetición constante del cuadro, tú lo haces con figuras romboides superpuestas?
- No son romboides sino cuadro desplazados.  Puede ser que estén en forma romboidal, pero para mí son líneas de corte biselado que dan sensación de cuadro en desplazamiento, en fin, materia en movimiento flotando en el espacio.
-¿Cuántas etapas se cumplen ya en tu carrera de artista?
--Cuatro sin incluir la figurativa.  La etapa de las formas arrojadas al espacio que es el comienzo de lo que hago ahora; la etapa de las esculturas; la de materia y luz y la de ahora que son las formas vectoriales.
¿Vectoriales, por qué?
-Por la sensación vectorial que despide..
¿Por supuesto que es la etapa más seria?
-Es la más seria de mi vida, pero no la final. Para mi es el primer paso para algo más trascendente y a tono con los adelantos técnicos y científicos que implican pensar en la cibernética y en el Rayo Laser
-José Rosario Pérez dice que su obra parte de una situación dejada en suspenso por Malevich ¿En tu obra se plantea alguna situación similar?
-No, específicamente.  Es una consecuencia que parte de 1969 con las Formas Arrojadas al Espacio.
-¿Oi decir que tu obra contiene elementos de la obra de Fausticuatritis, la artista italiana, esposa de Getulio Alviani?
-Hay unas cuatro obras de ella con algunas piezas de las que yo llamo “vectoriales”, pero evidentemente que el concepto es muy diferente.
¿Hay continuidad en tu obra?
-Siempre la ha habido sin que quiera decir que no haya habido modificaciones y alguna ruptura.  Yo descubrí en esta etapa  de mi vida que lo mas importante es el desplazamiento de las formas en el espacio  en esa línea me he mantenido.
El 2 de diciembre cuando concluya esta exposición en la Sala de arte Sidor, José Joaquín Latorraca viajará a Margarita para participar como invitado en la Bienal Nacional de Esculturas “Francisco Narvaez.